sábado, 20 de junio de 2009

FOTOS DEL CORAZON

En estos días que pasaron estuve medio bajoneado y pensativo. Como me suele ocurrir a veces, cuando las cosas están mal de repente aparece una pequeña luz de optimismo, aún en los peores momentos.
Estoy caminando siendo las tres de la tarde para despejar pensamientos negativos. De repente me detiene un tipo robusto y alto. Es extranjero, probablemente alemán, con la relajación propia de un bohemio y desplegando en el ambiente el olor de mil porros. Viste con bermudas anchas y luce la camiseta argentina de Messi. Casi con con timidez me pregunta:
-¿Usted me puede decir donde es la calle Lamadrid al ochocientos?. me dijeron que era aquí cerca.- Puedo advertir que su castellano era bueno.
-No maestro, es como diez cuadras en aquella dirección.- Le respondo, es obvio que lo mandaron al carajo.
- OK gracias.- Da media vuelta y se va.
Después se acerca a un vendedor de aloja de maíz con su carrito de lata. El alemán me pide que les saque una foto con su ultramoderna cámara digital. Luego la tomo y mientras saco esa foto, estoy viendo al alemán con la camiseta argentina abrazado del hombre de rasgos aborígenes tucumano y el carrito de lata oxidada como accesorio. Sus rostros contagian la inocencia propia de los niños y el paisaje es la calle Junin y su realidad de mega feria de venta de chucherías. Esta cámara costosa está generando un testimonio sobre una parte de la realidad del ser humano que muchos quieren ocultar. Están allí, emitiendo una gran sonrisa. Se alejan de las miserias del mundo. Con esta imagen me doy cuenta de que nada está perdido. Si bien el aspecto y el vestuario del tucumano es precario, al europeo no le importa. Se están abrazando dos estaturas. Dos edades. Dos Colores de piel. Dos niveles sociales. Dos lenguas. Dos continentes. Dos culturas. Dos sueños.
Es cierto que una parte de la realidad del mundo empeora día a día. No menos cierto es que hay alguna realidad que nos alienta en creer de que todo puede mejorar. Ahora estoy guardando esta foto en la memoria de la maquina digital, pero principalmente en un lugar donde jamás se perderá. En la memoria del corazón de los presentes.

lunes, 8 de junio de 2009

MI MEJOR REGALO

Después de muchos años, mirando entre mi ropa vieja, vi la camiseta desgastada de Boca con las letras "fate 0" y recordé una mañana del día de reyes magos de mi infancia.
Precisamente en el año noventa y dos, recuerdo que tenía diez años
recién cumplidos y como siempre me despertaba atolondrado para buscar mi regalito. Ese día estaba la camiseta de Boca a la par del pastito y el vaso de agua. Era el mejor regalo que me podían hacer. En esa época no sabia si era trucha u original pero ni me importaba porque tenia impreso el número nueve de Batistuta. Cuando vi ese número nueve casi se me sale el corazón. Dieguito mi vecino a quien le regalaron también la casaca, no lo podía creer. A él le regalaron la camiseta original pero no tenia el número nueve. Por un momento lo noté medio envidioso. Pero a esa edad la envidia tiene otro color, por lo tanto mucho no nos importó. Ahí nomas salimos a estrenar nuestros regalos.
Con gran emoción nos fuimos al predio que posee radio nacional en la esquina de mi casa y llevamos la pelota de
cuerina descascarada para jugar un picadito con otros pibes. Ese día pateamos hasta hartarnos. Aquel día como otros estuvimos jugando hasta que oscureció y luego nos fuimos a tomar con las pocas moneditas que juntábamos una gaseosa de tercera marca.
Pasaron dos años y fuimos a jugar un picado contra unos
pibes ricachones y nos dijeron burlándose que las camisetas de nuestro equipo eran truchas. ¿A esa altura quien nos quitaba lo jugado?. Me sentí el bati por mucho tiempo e hice muchos goles en la canchita de la esquina.
Estos
pibes ricos con camisetas originales del manchester o del barcelona no lograrían destruir nuestras sensaciones en la cancha con sus dichos agresivos. Tampoco todas esas tardes en que volvíamos a la casa embarrados hasta el cogote quedarían devaluadas. Ellos lucían camisetas para ir a presumir en la calle y nosotros los pibes del barrio, para hacer un culto a la sana amistad.
A los quince años me compré mi primera camiseta original de Boca. Pero querida gente les aseguro que no era tan linda ni la disfruté tanto como aquella camiseta trucha de los diez. Fue sin dudas el mejor regalo que me hicieron.
¿Para vos el mejor regalo fue siempre el más caro?
Quizás dentro de tu corazón esté la respuesta.

martes, 2 de junio de 2009

UN ANGEL EN LA NIEBLA

Noche fría y la permanente neblina cubre el panorama en Tucumán. De las pocas jornadas que hay durante el año en esta provincia. Nadie en la calle. Al único que se ve en el semáforo es a un pibe, que se sube al bondi y me reparte su estampita de la virgen.
Esta unidad de pasajeros luce oscura y apenas iluminada con una tenue luz roja. Al pibe apenas se le ve la cara por debajo de esa gorrita desteñida y sucia, además de que su piel es del color de la noche. Su mirada no desentona con la situación. El camina repartiendo su producto masivo a toda la gente adormecida y endurecida de frio esperando moneditas como contraprestación. Pasa por mi lado, tomo la estampita y veo que tiembla su pequeña manito por el frio. Luego regresa y se sienta en el primer asiento mientras espera que la presencia de la virgen de desatanudos surta efecto en los pasajeros y aparezca la caridad humana. Su permanencia en el asiento se prolonga .El fin es que el bondi avance y lo acerque aún más a su “misteriosa” casa. Este gesto puede interpretarse como de picardía generalmente. Pero esta noche me atrevo a sentenciar que fue por supervivencia.
Luego se para y recolecta, asiento por asiento, su retribución pecuniaria en monedas. Al llegar mi turno, pelo del bolsillo la moneda y me quedo con la estampita. Hago lo que pocas veces hago. Lo miro a la cara. Veo sus ojos tranquilos pero fuertes como los de un adulto bien plantado. Lejos de lo que uno espera ver en el rostro de un niño. Parece un ángel que pasa por nuestro lado, porque a pesar de la soledad que lo acompaña, su presencia transmite una gran sensación de paz. Luego sigo observando a medida que cumple su tarea y la gente me parece que comparte la misma sensación.
Noche exitosa eso pensaría cualquiera por la formidable recolección. Levanta “monedas en pala” como se dice en el barrio. Pero no lo veo feliz por ello. A continuación, siendo las doce de la noche, este purrete se baja en uno de los semáforos de las cuatro avenidas y un cartel luminoso marca ocho grados mientras la lluvia azota incesantemente el pavimento. Ya con los pies sobre la calle, ata dos bolsitas a sus destrozadas zapatillas para cubrirse del agua y emprende la caminata. Comienza a dar sus primeros pasos, pisa un charco y se lamenta. No noto torpeza sino que la noche lluviosa sumada a la neblina y al desnivel del pavimento hacen prácticamente imposible distinguir un charco de lo que es la parte plana. En medio de las cuatro gigantescas avenidas, el pibe está solo y derrotado siendo su única compañía la lluvia helada. El frio es tan intenso que hasta las trabajadoras de la noche están de licencia.
Cuando el semáforo se pone en verde, los autos lujosos avanzan a gran velocidad por delante del pibe y este cada vez se aleja más hasta que se pierde entre la abrumadora niebla.

Me doy la vuelta y todos prácticamente cubiertos hasta el mentón de la cara con sus camperas titánicas, observan lo mismo que yo. Cuando el semáforo se pone en verde este ómnibus sigue su camino y también desaparece en medio de la niebla.

lunes, 25 de mayo de 2009

LA LIBERTAD VS. EL PROGRE

En este post quiero que reflexionen sobre la debacle de la libertad humana. Sobre cuál es la causa por la que el ser humano a pesar de estar cada vez más investido de derechos y potestades, empeora notoriamente su condición, en detrimento de su libertad. Me es fácil describir lo que es una persona progre. Hoy siento que es un artificio generado por algunos factores que son conocidos por todos, como los medios. Hoy el progre está en la tele, en la radio, en internet y es un sujeto ortodoxo con visión unidimensional que confunde a la gente.
Un progre es exactamente igual a otro progre. Es masivo y por lo tanto impersonal y con falta de conciencia personal. Supuestamente amante de todas las libertades pero a la vez no permite opinión opuesta a la suya. Sinceramente creo que la libertad es una condición de cada ser humano en particular y no colectiva. El hecho de ser progre no te propicia libertad. Así fue siempre. Las personas caminan con cadenas atadas a los pies hasta que psíquica y espiritualmente logran desatarse o no. No es algo que esencialmente tenga que ver con lo moderno o lo social. Nacemos en un mayor estado de pureza y con el tiempo la sociedad nos va condicionando y "embarrando" en esencia. Las personas somos muy distintas una de la otra pero desde niño nos imponen que todos debemos ser iguales. Entonces allí la libertad comienza a desaparecer. El tratamiento de igual por igual solo debe primar en el ámbito social y jurídico pero no a nivel personal como se hace generalmente, tanto desde la familia como en la escuela.
Por otra parte la evolución jurídica evidentemente no trajo aparejada la libertad humana. Gran parte de los filósofos de hoy en día explican que se está avanzando hacia una libertad humana total. Pero lo que demuestra la realidad dista de estas expresiones que considero poco felices.
¿Cual es la causa por la que a pesar de que jurídicamente se haya abolido la esclavitud, hay cada vez más esclavos? Piénsese en las condiciones paupérrimas de trabajo y en la falta del mismo que llevan a muchas personas a someterse a los designios de su superior, sobre todo en las clases bajas.
¿Cual es la causa de que a pesar de que se hayan legislado más derechos de los niños, estos estén cada vez más expuestos? Piénsese en los abusos sobre ellos, laboral, familiar y sexualmente.
¿Cual es la causa por la que a pesar de que se haya avanzado en una legislación de los derechos humanos pero día a día los casos de trata de personas, abusos, abandonos humanos, aumenten a ritmo galopante?
¿Cual es la causa por la que a pesar de que las personas tengan mayores libertades sexuales, la opresión y el sometimiento sexual crezca incesantemente, abarcando a todo tipo de personas de cualquier edad y clase?
¿Cual es la causa por la cual la delincuencia y la reincidencia en el delito crecen? a pesar de todo lo que se avanzó a lo largo de siglos jurídicamente para que los reos posean mejores condiciones de reclutamiento y de reinserción social.
¿Cual es la causa por la cual a pesar de que se haya avanzado en una conciencia y legislación de protección ambiental, el ser humano prácticamente haya avasallado con la naturaleza, autodestruyéndose así mismo?.
Por ende, el mundo no está avanzando en un sentido positivo, ni siquiera acompañado con todas esas baterias de medidas juridicas. El mundo espiritual pide pista. Porque lo juridico y social debe estar acompañado como condición sine qua non por lo espiritual. Pero de esto, el progre no habla. Su meta es el mero avance juridico. La forma sin importarle el contenido, su sustento.
Pienso que a esta altura nos deberíamos replantear muchas cosas, y formar un criterio propio. No permitir que los progres impidan la expresión libre. Porque si son progres y amantes de la libertad, ¿acaso no deberían permitir que todos se expresen libremente sin anular el criterio ajeno?.

jueves, 21 de mayo de 2009

LA LOCA DE LA AVENIDA

Hoy después de algunos días me tocó ver de nuevo a la loca de la avenida en el templo de adoración. Estaba sentada junto a las escalinatas apoyando su jorobada espalda contra la pared. Esta vez ni me dirigió la mirada como es de costumbre. Solo miraba la cruz del templo y oraba en un grado de concentración superlativo.
El año pasado conocí a esta mujer en un drugstore, en una tarde con amigos. En aquel momento se nos acercó y nos pidió un peso. Ninguno de los presentes se aventuró a sacar la moneda, probablemente por pereza. La loca lucia harapienta y con sus cincuenta años de edad emanaba olor a vino picado. De solo estar comenzó a sustraer de su bolsa hedionda numerosos objetos sorpresivos, entre ellos cuadernos de su niñez, hojas escritas a mano y revistas viejas. Lo asqueroso fue la pata de pollo que nos enseñó. Ello provocó una simultanea sensación de nauseas en nosotros y nos fuimos del lugar.
Este año, la vi en algunas oportunidades.
Días atrás me la encontré de pechito en la parada del bondi próxima al templo de adoración. Rehusé a mirarla fijo a los ojos y se desvió al verme a cara de perro. Pero encontró una nueva presa. Una niña escolar. A quien luego de manguearle la moneda de un peso empezó a gritarle como si estuviera poseída por el demonio.
- ¡Me arruinaron la vida! ¡¿Tengo que ser infeliz?! ¡Respóndeme ya! ¡Respóndeme!.-
La niña no sabía en que dirección huir. Estaba desorbitada como si hubiera visto al cuco. Y realmente eso parecía. Pero afortunadamente a los pocos segundos la salvó la aparición bendita del ómnibus de la línea ciento dos.
Por otra parte hace un tiempito me surgió el interés de conocer historias similares de gente amiga.
Y resultó que muchos la conocían.
Algunos me comentaron que la loca les cantaba temas de Luis miguel. Otros, padecían historias nefastas. Y con los demás transeuntes, simplemente se limitaba a pedirles dinero.
Lo más curioso es que el itinerario de la loca se limita a tres cuadras de la avenida haciendo base en el templo.
Muchas veces genera temor en la gente porque nadie sabe como puede reaccionar.
Algunos están convencidos de que debe estar internada. Otros piensan que es un actor más de la zona así como es el panadero o el carnicero y por lo tanto debe desplegarse con absoluta libertad.
Particularmente puedo recordar con una risa este personaje inofensivo que me generó temor en algún momento pero a quien hoy con placer dedico estas líneas.
En algun modo todos tenemos nuestra cuota de locura y tenemos algun loco cerca.

martes, 12 de mayo de 2009

VISITANDO A LA MUERTE EN EL OSTENTOSO BARRIO NORTE

Días atrás estuve en el centro de salud. Ese lugar tan cerca del centro tucumano y de la vitalidad de los transeúntes pero a la vez tan próximo a la muerte. Ese lugar donde las mujeres están prestas a dar a luz a sus críos pero también están próximas a perderlos. Ese lugar donde se acerca un pibe avisándote que le duele la muela pero que también te pide que le compres algo para comer. Ese lugar donde algún medico aparece para salvar alguna vida y otra se le pierde al cruzar la puerta de terapia intensiva por alguna demora propia de la falta de organización. En definitiva, una isla en el ostentoso Barrio Norte, que no es otra cosa que una tierra fértil de contrastes notables.
Eran como las nueve de la noche. Mientras cruzaba por la puerta de la guardia, por detrás venia una ambulancia con gente al borde del deceso. El lugar se convirtió en un caos. Un griterío ensordecedor. A su vez había gente en la sala con tres horas de espera en estado de aflicción. Pero había que hacer lugar a la gente trasladada. Entonces cruzaban médicos y enfermeros trasladando muchos accidentados. El resto, los sanos observábamos atentos. Y los enfermos y convalecientes prolongaban el dolor.
Mientras estaba parado tuve la posibilidad de ver todo tipo de gente y de situaciones. Había algunos que estaban allí por un dolor de muela pero otros se morían.
Y yo no podía hacer vista gorda. Una persona con un poco de sensibilidad se da cuenta de que la muerte anda por ahí. Muestra su rostro. Cuando yo la vi, se manifestaba en forma de una ancianita sentada en posición inclinada y tapada con una colcha hasta la cabeza. Tiritaba y estaba con los ojos cerrados. Pero ella también debía ser paciente porque tenía que esperar al turno ciento ocho para morir. La habían traído anónimos y la depositaron como si fuera un juguete viejo en un sótano. Los médicos no sabían que hacer ante los reclamos múltiples de la gente que estaba allí. También vi a un anciano que lo trasladaban de un lado a otro en una silla de ruedas. Iba abriendo la boca y mirando hacia el cielo buscando la ayuda de Dios y evitando el precario consuelo de los hombres. Por el incesante movimiento de gente, no pude conocer su suerte final.
Los niños no escapaban a la crudeza de la realidad. Pedían a cuanta gente se le cruzaba que les compren un sanguchito de salame y queso. Lejos estaban de los juguetes y las consolas modernas de videojuegos de los niños de barrio norte. Y más lejos aún lejos estaban de lucir una sonrisa en su rostro.
Esto que vi es dolor y angustia. Esto que vi también es hambre. Esto que vi es parte de mi ciudad y de lo que soy.

miércoles, 6 de mayo de 2009

HISTERICO COLECTIVO

Cada mañana me subo al bondi y el chofer con su emputecida cara de culo me dice que me va a dar el vuelto de veinte centavos más tarde. Con su rostro me está diciendo que soy una mala persona y el causante de todas las desgracias de su vida. Sus problemas maritales, la frustrada relación con sus hijos, su dolor de muela.
Encima de que el boleto es caro, tengo sentirme angustiado porque Dios me puso un billete de dos pesos en la mano y no las benditas monedas que suman uno con ochenta. Pero ellos me quieren tranquilizar con su arma más letal, que es la frase.
-Más tarde te doy el vuelto.
A veces ese “más tarde” nunca llega.
Sin embargo también hay usuarios de las líneas de ómnibus que han perdido la cordura, como es el caso que comento a continuación.
Antes de ayer me tocó presenciar el momento en que una señora bastante mayor de edad, subióal ómnibus e increpó con notable vehemencia al captor de monedas.
-La puta que te parió ¿porque parás tan lejos de la parada?.- Exclamó e interrogó desaforadamente la doña.
-Perdón señora (su rostro denotaba puteadas). Pero usted debería agradecerme por haber parado. La parada está en la cuadra anterior.- Con cierta ironía respondió el captor.
-Hasta la semana pasada la parada era acá. ¡Todos te pagamos pedazo de zorete para que nos respondas bien. Que te parió!
Desde otro lugar del bondi alguien gritó.
-¡Callate vieja malcogida!
Por supuesto que el servicio público de pasajeros no escapa a la realidad social que vivimos que por cierto a veces es generadora de gestos macabros por parte de los integrantes del cuerpo social.
También hay que aclarar que hay conductas cordiales que suceden a diario y son realmente esperanzadoras de un generoso porvenir, como por ejemplo la cesión gentil de asiento.
Lo que no se puede dudar es que la histeria colectiva se ha apoderado de las grandes ciudades.