lunes, 25 de mayo de 2009

LA LIBERTAD VS. EL PROGRE

En este post quiero que reflexionen sobre la debacle de la libertad humana. Sobre cuál es la causa por la que el ser humano a pesar de estar cada vez más investido de derechos y potestades, empeora notoriamente su condición, en detrimento de su libertad. Me es fácil describir lo que es una persona progre. Hoy siento que es un artificio generado por algunos factores que son conocidos por todos, como los medios. Hoy el progre está en la tele, en la radio, en internet y es un sujeto ortodoxo con visión unidimensional que confunde a la gente.
Un progre es exactamente igual a otro progre. Es masivo y por lo tanto impersonal y con falta de conciencia personal. Supuestamente amante de todas las libertades pero a la vez no permite opinión opuesta a la suya. Sinceramente creo que la libertad es una condición de cada ser humano en particular y no colectiva. El hecho de ser progre no te propicia libertad. Así fue siempre. Las personas caminan con cadenas atadas a los pies hasta que psíquica y espiritualmente logran desatarse o no. No es algo que esencialmente tenga que ver con lo moderno o lo social. Nacemos en un mayor estado de pureza y con el tiempo la sociedad nos va condicionando y "embarrando" en esencia. Las personas somos muy distintas una de la otra pero desde niño nos imponen que todos debemos ser iguales. Entonces allí la libertad comienza a desaparecer. El tratamiento de igual por igual solo debe primar en el ámbito social y jurídico pero no a nivel personal como se hace generalmente, tanto desde la familia como en la escuela.
Por otra parte la evolución jurídica evidentemente no trajo aparejada la libertad humana. Gran parte de los filósofos de hoy en día explican que se está avanzando hacia una libertad humana total. Pero lo que demuestra la realidad dista de estas expresiones que considero poco felices.
¿Cual es la causa por la que a pesar de que jurídicamente se haya abolido la esclavitud, hay cada vez más esclavos? Piénsese en las condiciones paupérrimas de trabajo y en la falta del mismo que llevan a muchas personas a someterse a los designios de su superior, sobre todo en las clases bajas.
¿Cual es la causa de que a pesar de que se hayan legislado más derechos de los niños, estos estén cada vez más expuestos? Piénsese en los abusos sobre ellos, laboral, familiar y sexualmente.
¿Cual es la causa por la que a pesar de que se haya avanzado en una legislación de los derechos humanos pero día a día los casos de trata de personas, abusos, abandonos humanos, aumenten a ritmo galopante?
¿Cual es la causa por la que a pesar de que las personas tengan mayores libertades sexuales, la opresión y el sometimiento sexual crezca incesantemente, abarcando a todo tipo de personas de cualquier edad y clase?
¿Cual es la causa por la cual la delincuencia y la reincidencia en el delito crecen? a pesar de todo lo que se avanzó a lo largo de siglos jurídicamente para que los reos posean mejores condiciones de reclutamiento y de reinserción social.
¿Cual es la causa por la cual a pesar de que se haya avanzado en una conciencia y legislación de protección ambiental, el ser humano prácticamente haya avasallado con la naturaleza, autodestruyéndose así mismo?.
Por ende, el mundo no está avanzando en un sentido positivo, ni siquiera acompañado con todas esas baterias de medidas juridicas. El mundo espiritual pide pista. Porque lo juridico y social debe estar acompañado como condición sine qua non por lo espiritual. Pero de esto, el progre no habla. Su meta es el mero avance juridico. La forma sin importarle el contenido, su sustento.
Pienso que a esta altura nos deberíamos replantear muchas cosas, y formar un criterio propio. No permitir que los progres impidan la expresión libre. Porque si son progres y amantes de la libertad, ¿acaso no deberían permitir que todos se expresen libremente sin anular el criterio ajeno?.

jueves, 21 de mayo de 2009

LA LOCA DE LA AVENIDA

Hoy después de algunos días me tocó ver de nuevo a la loca de la avenida en el templo de adoración. Estaba sentada junto a las escalinatas apoyando su jorobada espalda contra la pared. Esta vez ni me dirigió la mirada como es de costumbre. Solo miraba la cruz del templo y oraba en un grado de concentración superlativo.
El año pasado conocí a esta mujer en un drugstore, en una tarde con amigos. En aquel momento se nos acercó y nos pidió un peso. Ninguno de los presentes se aventuró a sacar la moneda, probablemente por pereza. La loca lucia harapienta y con sus cincuenta años de edad emanaba olor a vino picado. De solo estar comenzó a sustraer de su bolsa hedionda numerosos objetos sorpresivos, entre ellos cuadernos de su niñez, hojas escritas a mano y revistas viejas. Lo asqueroso fue la pata de pollo que nos enseñó. Ello provocó una simultanea sensación de nauseas en nosotros y nos fuimos del lugar.
Este año, la vi en algunas oportunidades.
Días atrás me la encontré de pechito en la parada del bondi próxima al templo de adoración. Rehusé a mirarla fijo a los ojos y se desvió al verme a cara de perro. Pero encontró una nueva presa. Una niña escolar. A quien luego de manguearle la moneda de un peso empezó a gritarle como si estuviera poseída por el demonio.
- ¡Me arruinaron la vida! ¡¿Tengo que ser infeliz?! ¡Respóndeme ya! ¡Respóndeme!.-
La niña no sabía en que dirección huir. Estaba desorbitada como si hubiera visto al cuco. Y realmente eso parecía. Pero afortunadamente a los pocos segundos la salvó la aparición bendita del ómnibus de la línea ciento dos.
Por otra parte hace un tiempito me surgió el interés de conocer historias similares de gente amiga.
Y resultó que muchos la conocían.
Algunos me comentaron que la loca les cantaba temas de Luis miguel. Otros, padecían historias nefastas. Y con los demás transeuntes, simplemente se limitaba a pedirles dinero.
Lo más curioso es que el itinerario de la loca se limita a tres cuadras de la avenida haciendo base en el templo.
Muchas veces genera temor en la gente porque nadie sabe como puede reaccionar.
Algunos están convencidos de que debe estar internada. Otros piensan que es un actor más de la zona así como es el panadero o el carnicero y por lo tanto debe desplegarse con absoluta libertad.
Particularmente puedo recordar con una risa este personaje inofensivo que me generó temor en algún momento pero a quien hoy con placer dedico estas líneas.
En algun modo todos tenemos nuestra cuota de locura y tenemos algun loco cerca.

martes, 12 de mayo de 2009

VISITANDO A LA MUERTE EN EL OSTENTOSO BARRIO NORTE

Días atrás estuve en el centro de salud. Ese lugar tan cerca del centro tucumano y de la vitalidad de los transeúntes pero a la vez tan próximo a la muerte. Ese lugar donde las mujeres están prestas a dar a luz a sus críos pero también están próximas a perderlos. Ese lugar donde se acerca un pibe avisándote que le duele la muela pero que también te pide que le compres algo para comer. Ese lugar donde algún medico aparece para salvar alguna vida y otra se le pierde al cruzar la puerta de terapia intensiva por alguna demora propia de la falta de organización. En definitiva, una isla en el ostentoso Barrio Norte, que no es otra cosa que una tierra fértil de contrastes notables.
Eran como las nueve de la noche. Mientras cruzaba por la puerta de la guardia, por detrás venia una ambulancia con gente al borde del deceso. El lugar se convirtió en un caos. Un griterío ensordecedor. A su vez había gente en la sala con tres horas de espera en estado de aflicción. Pero había que hacer lugar a la gente trasladada. Entonces cruzaban médicos y enfermeros trasladando muchos accidentados. El resto, los sanos observábamos atentos. Y los enfermos y convalecientes prolongaban el dolor.
Mientras estaba parado tuve la posibilidad de ver todo tipo de gente y de situaciones. Había algunos que estaban allí por un dolor de muela pero otros se morían.
Y yo no podía hacer vista gorda. Una persona con un poco de sensibilidad se da cuenta de que la muerte anda por ahí. Muestra su rostro. Cuando yo la vi, se manifestaba en forma de una ancianita sentada en posición inclinada y tapada con una colcha hasta la cabeza. Tiritaba y estaba con los ojos cerrados. Pero ella también debía ser paciente porque tenía que esperar al turno ciento ocho para morir. La habían traído anónimos y la depositaron como si fuera un juguete viejo en un sótano. Los médicos no sabían que hacer ante los reclamos múltiples de la gente que estaba allí. También vi a un anciano que lo trasladaban de un lado a otro en una silla de ruedas. Iba abriendo la boca y mirando hacia el cielo buscando la ayuda de Dios y evitando el precario consuelo de los hombres. Por el incesante movimiento de gente, no pude conocer su suerte final.
Los niños no escapaban a la crudeza de la realidad. Pedían a cuanta gente se le cruzaba que les compren un sanguchito de salame y queso. Lejos estaban de los juguetes y las consolas modernas de videojuegos de los niños de barrio norte. Y más lejos aún lejos estaban de lucir una sonrisa en su rostro.
Esto que vi es dolor y angustia. Esto que vi también es hambre. Esto que vi es parte de mi ciudad y de lo que soy.

miércoles, 6 de mayo de 2009

HISTERICO COLECTIVO

Cada mañana me subo al bondi y el chofer con su emputecida cara de culo me dice que me va a dar el vuelto de veinte centavos más tarde. Con su rostro me está diciendo que soy una mala persona y el causante de todas las desgracias de su vida. Sus problemas maritales, la frustrada relación con sus hijos, su dolor de muela.
Encima de que el boleto es caro, tengo sentirme angustiado porque Dios me puso un billete de dos pesos en la mano y no las benditas monedas que suman uno con ochenta. Pero ellos me quieren tranquilizar con su arma más letal, que es la frase.
-Más tarde te doy el vuelto.
A veces ese “más tarde” nunca llega.
Sin embargo también hay usuarios de las líneas de ómnibus que han perdido la cordura, como es el caso que comento a continuación.
Antes de ayer me tocó presenciar el momento en que una señora bastante mayor de edad, subióal ómnibus e increpó con notable vehemencia al captor de monedas.
-La puta que te parió ¿porque parás tan lejos de la parada?.- Exclamó e interrogó desaforadamente la doña.
-Perdón señora (su rostro denotaba puteadas). Pero usted debería agradecerme por haber parado. La parada está en la cuadra anterior.- Con cierta ironía respondió el captor.
-Hasta la semana pasada la parada era acá. ¡Todos te pagamos pedazo de zorete para que nos respondas bien. Que te parió!
Desde otro lugar del bondi alguien gritó.
-¡Callate vieja malcogida!
Por supuesto que el servicio público de pasajeros no escapa a la realidad social que vivimos que por cierto a veces es generadora de gestos macabros por parte de los integrantes del cuerpo social.
También hay que aclarar que hay conductas cordiales que suceden a diario y son realmente esperanzadoras de un generoso porvenir, como por ejemplo la cesión gentil de asiento.
Lo que no se puede dudar es que la histeria colectiva se ha apoderado de las grandes ciudades.